Solo

Caes al vacío como si de un angosto desfiladero se tratara, no hay sonido alguno; solo estás tú, triste, marchito, desamparado. La luz huyó pues no quería compartir tu mismo destino, el calor te abandonó para no ser derrochado, y la soledad se asomó aunque no la hubieses llamado. Ella te abraza mientras el frío colapsa tu mente, mientras ésta se transforma en lo único que tienes. Quieres correr, gritar, llorar, pero no te sientes porque todo lo que eres, es nada. 

Eres nada con la única capacidad de ser, como si estuvieses comprimido entre dos muros, y lo peor se resume en que es tal el dolor que ni si quiera puedes sentirlo, pierdes toda conciencia de ti mismo, pero a la vez solo tú mismo estás consciente, consciente de tu mente y no de tu cuerpo, consciente de tu pasado y no de tu futuro, consciente de tus errores y no de tus logros. Soledad susurra a tu oído un llanto desgarrador, y si ya te sentías perdido ahora todo irá a peor.

Te hundes como si fueses una piedra que ha sido arrojada en el medio de la Fosa de las Marianas y sientes que vas a explotar en unos diez mil pedazos.

Esa maldita presión como cuando no puedes respirar, porque todo el mundo se te queda grande, porque tienes que ser muchas cosas y no consigues ser una sola, porque sientes la necesidad de llevar felicidad a todo el mundo pero no eres capaz de sonreír de verdad para ti, porque sientes que te falta algo y no sabes qué narices es. Te auto-presionas para estar bien exteriormente cuando en el fondo necesitas super glue ultra potente para poder encajar cada uno de tus pedacitos en su lugar correcto, pero cuando alguien te pregunta ''¿Cómo estás?'', tú sacas la mejor de tus sonrisas y respondes ''¡Genial!'', cuánta hipocresía junta dirían algunos. Pero.. ¿hipocresía? Llega un momento en que estás tan hecho trizas que no te fías ni de ti mismo, entonces para qué vas a contarle a alguien que estás mal, si lo que más miedo te da es llegar a estar peor.

Sería como darle a alguien el mando de tu destrucción.

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